jueves, 2 de junio de 2016

EXTERNALIZACIÓN DEL PROBLEMA


ANALISIS EXTERNALIZACION DEL PROBLEMA

La “externalización” es un concepto que se introdujo en el campo de la terapia familiar por primera vez a principios de la década de 1980. Se desarrolló inicialmente con niños. La externalización siempre ha sido asociada en cierto modo con el buen humor y lo lúdico, a la vez con una práctica cuidadosa y respetuosa. Hay muchas formas de entender la externalización, pero quizá la frase que mejor lo recoge es que “la persona no es el problema, el problema es el problema”. Para cuando la persona ha acudido a nosotros como terapeutas en busca de ayuda, normalmente han llegado a un punto en el que creen que algo está mal, que ellos o algo en ellos resulta problemático. El problema entonces se ha internalizado. Como bien sabemos, es muy común que los problemas se entiendan como internos a la persona. La práctica de la externalización es una alternativa a la internalización.

La externalización sitúa los problemas no dentro de cada individuo, sino como fruto de la cultura y la historia. Los problemas se entienden como algo que ha sido creado socialmente a lo largo del tiempo. Por tanto, el objetivo de la externalización es capacitar a las personas a que se den cuenta de que ellos y sus problemas no son lo mismo. Como terapeutas, hay muchas formas en que se puede conseguir esto. Una forma es hacer preguntas de forma que se cambia el adjetivo que la persona ha utilizado para describirse “Soy una persona deprimida” por un sustantivo “¿Cuánto tiempo lleva teniendo influencia sobre ti esta depresión?” o “¿Qué te dice esta depresión sobre ti mismo”.  A través de este tipo de preguntas, se crea un espacio entre la persona y el problema, lo que le capacita para empezar a explorar su relación con el problema. No sólo se externalizan los problemas. Sino también cualidades tales como las fortalezas, la confianza en sí mismo y la autoestima. Es importante también darse cuenta de que la externalización abarca mucho más que las “técnicas lingüísticas”. Externalizar está vinculado a una forma particular de pensamiento, una tradición concreta de pensamiento llamada post estructuralismo. Esta forma de pensamiento pone un importante énfasis en el lenguaje, en las cuestiones de poder y las formas en que se construye el significado y la identidad.

El proceso de externalización ocurre en colaboración con las personas que acuden a nuestra consulta. Iniciamos conversaciones terapéuticas creyendo que los problemas sobre los que nos consulta la gente no están localizados dentro de ellos, sino que han sido adecuados por las historias  de la cultura en la que viven. Cuando la definición externalizadora de los problemas se adecúa muy bien a la persona, esto la capacita para que sus propias estrategias de resolución de problemas, sus habilidades y sus ideas (que han sido generadas a lo largo de su vida) sean más relevantes a la hora de abordar su situación actual. En nuestra propia experiencia, lo que se externaliza puede cambiar en el tiempo.

La relación de las personas con los problemas cambia a lo largo del tiempo en el que acuden a terapia y así, a la vez que las experiencias de la persona cambian, lo hacen las externalizaciones. Las conversaciones de externalización pueden ser flexibles, creativas y continuas. No utilizamos un lenguaje de externalización una semana y a la siguiente cambiamos a lenguaje internalizador. Mantenemos conversaciones externalizadoras a lo largo de todo el proceso terapéutico. Puede resultar relevante mencionar también que no tiene por qué haber una única definición externalizadora del problema. De hecho, cuando se trabaja con más de una persona, es probable que haya más de una definición. Hablando con una familia puede haber cinco definiciones del problema y eso está bien. Incluso si los individuos tienen diferentes definiciones de un mismo problema, normalmente se pueden poner de acuerdo en abordar los problemas externalizados de uno en uno.

Las conversaciones de externalización descentran el problema en la vida de las personas. Esto significa que se crea un espacio entre la persona y aquello que les perturba. Donde una persona se ha estado viendo como “inútil o sin valor”, ahora en su lugar entiende que esa “inutilidad” ha llegado a dominar su vida  y que hay una historia sobre ello y que ahora tiene la oportunidad de recuperar su vida de las consecuencias que ello ha tenido.

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